Si me muero,
que esparzan mis cenizas
en el punto más alto de tu cama
-que viene a ser algo parecido
al vértigo de observar tu cuello
cuando me cuelgo del lóbulo de tu oreja
y miro ese lunar y esa clavícula
y siento la insoportable necesidad de saltar
como avión suicida
a tus Torres Gemelas-
Alquílame tu pecho
para quedarme a vivir siempre ahí
y que a la vez,
nunca sea del todo mío
y siempre tenga que convencerte
para que sea yo,
y nadie más,
tu única inquilina.
Porque contigo he aprendido
que la palabra Libertad
tiene su auge más alto
cuando me coges de la mano
y soy yo quien no quiere soltarte.
Poesía no sé,
pero Amor, eres tú,
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